Poesía del Camino. Escrita esperando en Quintana dos Mortos
Caminando hacia un destino peregrina el orbe entero, donde brilló aquel lucero del apóstol peregrino. Predicó en esta Hispania, desde Judea se vino: sandalias, mantón de lino [1] , mal se le daba la maña [2] . Desanimado en el Ebro habló con la Virgen Maña [3] que le alentó en su hazaña: bautizar al mundo entero. De vuelta a Jerusalén El rey Agripa Primero, de los Herodes tercero [4] , ordenó su muerte cruel. Los cristianos recogieron su cuerpo de apóstol fiel, embarcándose con él a la Galicia vinieron. Trasladado en una barca [5] sus restos aquí enterraron, donde los bueyes pararon sepultaron en un arca. Pasaron, pues, varios siglos, ¿en Pedrouzo o en Arca? perdida estaba su marca, nadie sabía su sitio. Rogando muchos favores rezó el señor arzobispo que el sepulcro fuera visto en algún de estos lugares. Y fue que viendo allí mismo el arca con resplandores, cantar, oyeron pastores, Pelayo, también lo ha visto [6] . Brillaba, sí, cada estrella, estrellas en vez de flores, lo vieron va...